Estoy en un ciber del centro soportando un calor irrespetuoso. Son las 19:50. A las 20:30 tocan Las Rositas en el Buen Pastor. No es que vaya a verlas, pero sí a repartir volantes. Y he aquí que me dí pena yo mismo. Me vi solito caminando, dejando volantes aquí y allá, como lo vengo haciendo desde hace una semana. Y me encantaría encontrarme con alguno de los 30 del elenco. me encantaría que estuviesen volanteando a la par, en las puertas de los teatros, en lo shoppings, en Nueva Córdoba, etc. Porque al fin y al cabo, ellos saben que cuanta más gente vaya a verlos, más plata van a ganar, ya que van a porcentaje. Pero no. Aquí voy una vez más.
Pensé que al reponer una obra no iba atener tanto stress. Pues no. Después de volantear en el Buen Pastor, me voy a ver cómo marcha la escenografía, y cuando vuelva a casa tengo que editar un videito para Canal 10; tuve que ir a buscar parte del vestuario de un personaje, mañana llevarlo al trabajo, me acaba de llamar (parece a propósito) una actriz también por tema de vestuario, de ir a casa para que mi mamá le cosa unos vestidos porque adelgazó, mañana tengo que buscar los programas, si es que están, tengo que armar la lista de invitados, designara alguien que esté en la puerta del teatro con esa lista, y miles de cosas más.
Sé que yo me busco todo esto.
Y sé que no estoy solo.
Pero lo fatal es que me siento solo.
Ya pasará.
Me voy a volantear.
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